Liliana Bedoya Gòmez

Tal vez te sientes sólo porqué te has ido de ti mismo, alguna vez te has puesto a analizar como es tú diálogo interno, como te hablas cuando estas a solas a puerta cerrada, cómo te tratas a ti mismo, te amas de dientes para afuera o realmente te das en tiempo de sentirte, valorarte, mirarte al espejo y amar lo qué tienes en frente, te has puesto a pensar si puedes estar solo realmente o necesitas estas rodeado de otras personas constantemente por miedo a la soledad, tiempo atrás eso del ejercicio del espejo me parecía una perdida de tiempo ya cuándo la vida te hace frenar en seco por diferentes lecciones o las aprendes o tiendes a repetirlas en fin, la cuestión es qué estas son experiencias qué no te las enseñan en la escuela, lo típico es nacer, crecer, estudiar, trabajar, casarse, reproducirse, aspirar a una pensión y seguir todas esas reglas  y dónde queda aprender a conocernos, respetarnos, mimarnos, valorarnos, fortalecernos desdé adentro, desprogramando pensamientos limitantes y

  No lo romanticemos el verdadero crecimiento espiritual es un proceso de destrucción, es el desmoronamiento de todo lo que no somos, sabías palabras qué leí y que expresan sin preámbulo alguno cuándo tomamos conciencia y vemos todo sin velo alguno, cómo decía Walt Whitman ¿Qué me contradigo? Pues sí, me contradigo: Soy amplió contengo multitudes. En en transcurso de nuestra vida nos llegan diferentes tipos de lecciones y a medida qué pasa el tiempo podemos ver el panorama de una manera macro o más ampliamente siendo el observador global y teniendo una perspectiva más amplía de todo por consiguiente teniendo un cambió contundente en nuestra realidad, aunque esté proceso no es nada lindo la verdad ya qué se rasgan velos de una manera tajante es por un bien mayor, cómo digo siempre todo cambió real sí o sí siempre es desdé adentro, lo profundo, nuestro ser y después de ésto no hay marcha atrás, volver a esos estados ya no es opción y sobre todo respetando los procesos personales qué tien

Despertar a quien somos, requiere dejar ir a quien imagimos ser, por lo general le damos vida a todo aquello que le damos nuestra energía a cada pensamiento con sentimiento incluido, somos tan finitos en el plano físico y tan increíblemente infinitos en nuestro aspecto espiritual, del ser, del alma o como nos resuene más nombrarlo de acuerdo a nuestros niveles de creencias, todo un cúmulo de pensamientos y sentimientos encontrados qué cuándo logramos despertar a tanta programación vemos todo de una manera tan clara qué personalmente comencé a sentirme libre cuándo entendí qué mi jaula mental estaba hecha de pensamientos y entender qué el miedo es una celda con la puerta abierta y en el proceso aprender a ser amable con todas mis versiones anteriores ya qué, no sabían todo lo qué se ahora y amándome tanto qué no tengo necesidad buscar en otros aquello qué necesito incorporar en mí ya que de por sí no somos la mitad de nada ni de nadie, somos únicos y perfectos tal cuál somos y teniendo

Mientras más nos conocemos más claridad tenemos sobre nosotros, quién lo diría qué el mayor trabajo qué podemos hacer en nuestra existencia es nuestro trabajo interno, el universo de nuestro viaje interior es toda una Odisea en el buen sentido de la palabra algo tan fácil de decir ya hacerlo es otra voz cómo decía Rumi somos estrellas cubiertas de piel la luz qué tú buscas ya está dentro de ti. Esté vacío silencioso y a la vez con mil voces rondando en una eterna disyuntiva, si sanamos nuestro vacío interior en medió de tanto bullicio mental toda una contradicción qué vale su peso en oro algo intangible con el inmenso poder de transformarnos a niveles muy potentes sí así alegimos hacerlo, hay diferentes tipos de transformaciones las físicas son efímeras pero las de nuestra alma son eternas ya qué cuándo trascendemos a ellas no hay vuelta atrás, la fuerza de nuestro ser interno es nuestra mayor fortaleza sí tienes dominio de ella no nada qué te quebrante, tal vez momentáneamente pero se

Tus palabras dicen lo que tienes en tu mente tus acciones dicen lo que tienes en tu corazón, todos somos el guionista, somos el director, somos el protagonista, somos el pensamiento, somos el resultado tangible de lo qué aguardan nuestros pensamientos de igual manera somos el freno en seco de lo qué realmente mueve nuestra alma un todo o un nada y todo radica en un cambió de perspectiva o nos mueve el miedo o nos mueve el valor, nos limitamos o nos expandemos una disyuntiva bien contradictoria qué se separa de polo a polo tan radical cómo un si o un no, somos tan perfectos y fascinantes toda una Odisea neuronal qué los cambios siempre nos sacan de la zona de confort y nos van llevando de manera perfecta a nuevos acontecimientos, momentos, personas, si elegimos creer y a su pasó atraer de la manera más increíble lo qué realmente nos mueve siempre dándonos la razón en lo qué realmente nos enfocamos y sentimos ya cómo nuestro. Así qué elijo hoy siempre vivir en el estado del d

Cuándo uno no es consciente de qué nuestro todo empieza desde nosotros mismos desdé nuestro amor propio tan cerca cómo el respiro mismo y tan lejano cómo la meta más inalcanzable, siempre buscando afuera lo qué siempre estuvo en frente de nuestras narices, ahí para ser reclamado en el instante mismo de encontrarnos a nosotros mismos, sin estar buscando lo qué ya desdé el principio siempre estuvo presente, reconozco qué durante mucho tiempo viví en ese estado y no es culpa de nadie más bien es la programación desdé siempre ya qué uno crece pensando qué es la mitad de algo o siguiendo directrices erróneas y resulta qué no, por derecho divino somos completos y perfectos tal cuál somos, cuándo se cambia está perspectiva todo el panorama cambia, entré lo intangible de nuestro ser interno y lo tangible de nuestro cuerpo se hace el complemento perfecto constantemente de alguna forma u otra estamos cambiando aunque en sí tenemos diferentes aspectos, tendencias, gustos, perspectivas

Somos parte de un todo y a la vez apegados a nada una disyuntiva bien particular, en si una dualidad entré lo intangible qué es nuestro ser interno y lo tangible qué pasa a ser nuestro cuerpo o vehículo para está experiencia humana, a medida qué pasa el tiempo todos los escenarios qué se nos van presentando en la vida nos va forjando en diferentes aspectos unos salen a la luz otros nos los guardamos ya qué son sólo nuestros, de igual manera hay temporadas qué algo nos puede mover el piso apasionar y luego se pueden convertir en una especie de zona de confort y hacernos mover en pro de otras vivencias o reforzarlas y seguir exponiendonos en pro de lo qué  nos mueve realmente a niveles más amplios, podemos ser tan radicales de fijar raíces y querer quedar anclados hay aferrados a lo de siempre en un bucle constante o por el contrario ir más allá en pro de lo desconocido absorbiendo más información y aplicándola observando sus resultados, en sí hay tanto por aprender qué neces