Liliana Bedoya Gòmez

Todos tenemos modelos a seguir hay quienes siguen un patrón determinado de ideología colectiva y otros qué nos mueven aquellos qué van más allá y más qué llevar la contraria son personas qué siguen ideales desdé la empatía en pro de lo correcto, se podría decir qué en esté momento el colectivo está como siguiendo parámetros así no tengan lógica alguna y no es cuestión de negativismo es de coherencia, siguen a rajatabla cualquier información sin tomarse el tiempo de investigar más a fondo y por más positivo qué uno sea ve qué en un mundo de ciegos el tuerto es el rey, uno ve a las personas tan inmersas en sus dispositivos inteligentes qué parece qué no vieran más allá, cómo quién dice ocupados y controlados son más viables y aunque la tecnología es una gran herramienta mal manejada puede crear adicciones a estar inmersos en lo creado artificialmente y alejado de lo palpable y real, nuestro tiempo es nuestro mejor recurso, estamos en un eterno presente ya el pasado quedó atrá

Todo cambió profundo empieza desde nosotros mismos incluyendo nuestras luces y nuestras sombras, aceptando que somos un complemento perfecto en el cuál cada uno decide qué tipo de pensamientos son los que predominan en su ser y que tipo de persona quiere llegar ser, trabajar en uno mismo según mi perspectiva y experiencia es algo vital, aunque es todo un tsunami existencial y necesario para sanar desdé lo más profundo situaciones muy nuestras, muchas de ellas vividas en soledad y que constantemente rebobinamos una y otra vez en nuestra mente, cimentadas y tapadas con muchas actividades en unos y otros que utilizan distractores, adormecedores para no pensar en ellas, toda acción que hagamos desdé nuestro corazón tiene ecos en todo nuestro ser y hace que cada uno hable según el mundo que tiene dentro, trabajar en pro de sanar, soltar, perdonar es entrar de alguna manera en un despertar de conciencia evolucionando para un bien mayor dónde todas las emociones salen a flor de pi